Nunca había sido tan fácil iniciar un negocio en línea que ahora. Con tanta información en las redes, parece fácil dar los primeros pasos e incluso tener éxito. “Parece”. Porque aunque uno tenga una gran idea y un producto fabuloso, no siempre es tan sencillo como lo pintan. No son pocos los retos que hay que ir superando para que el negocio crezca: desde la optimización de los resultados de búsqueda o, lo que es lo mismo, el SEO, hasta la mejora de la seguridad, la elaboración de campañas de marketing digital para atraer a nuevos clientes y fomentar la lealtad de los ya existentes. Todo eso requiere tiempo y, sí, admitámoslo, cierta inversión.
Son muchos los detalles que hay que tener en cuenta a la hora de iniciar un negocio online. Uno de ellos, por ejemplo, es el proceso de compra y aprender cómo este puede afectar a tus resultados y a tu ratio de conversión (seguidores que se convierten en clientes). Estos consejos, ideas o sugerencias, quizás puedan ayudarte. Ya nos dirás:
1. No redirecciones a otra página.
Créenos. No hay cosa que fastidie más que te estén mareando. Si por fin me he decidido a comprar algo, yo, una indecisa por naturaleza, cuantas más vueltas me den para pagarlo, más fácil será que cambie de opinión. Consulta con expertos y haz que te diseñen
2. Almacena la información de pago de los clientes
En la era de Uber y Amazon, la gente está acostumbrada a ingresar los datos de su tarjeta de crédito una vez y ya. Trabaja con un proveedor de pagos que pueda almacenar la información del cliente de forma segura de manera que puedas facilitarles a tus clientes las compras repetidas. También es cierto que hay quien no termina de fiarse y prefiere no guardar sus datos, pero en cualquier caso, tener la opción le facilitará mucho las cosas a quienes sí prefieran este método.
3. Vende globalmente
El año pasado había 2,5 mil millones de personas en Internet. ¿Por qué reducir nuestro mercado? En la actualidad es posible ampliar nuestro público facilitando el proceso de compra y adaptándolo al mayor número de países. Por ejemplo, en China, aunque la mayoría no utiliza tarjetas de crédito, más de 400 millones de personas utilizan un sistema denominado Alipay. Otros países tienen sus propios métodos de pago populares: SEPA en Alemania, M-Pesa en Kenia, Boletos en Brasil, etc. Se trata de ver dónde nos interesa vender, cuáles podrían ser nuestros clientes potenciales e informarnos del sistema de pago más frecuente en su zona. Nunca está de más informarse y ver las posibilidades que existen en cada mercado. Si no, también se puede recurrir a uno de los métodos más internacionales: PayPal.
4. Ajusta los precios a la moneda local
Si vas a vender globalmente, muestra los precios en la moneda de cada país. Si un cliente está en El Cairo, muéstrale libras egipcias; si están en Cape Town, que sean Rand sudafricanos. Esto también facilita las operaciones ya que el cliente puede saber con un simple vistazo los precios y decidir si se ajustan o no a su presupuesto.